Líder sionista, sindicalista, periodista, político y estadista israelí nacido en Płońsk, Polonia, el 16 de octubre de 1886 y fallecido en Sedé Boker, Israel, el 1 de diciembre de 1973, fue primer Primer Ministro de Israel (1948-1954, y nuevamente en 1955-1963) y uno de los principales mentores del Estado judío... Personalidad emblemática y de fuerte carisma, fue quien proclamó oficialmente la independencia del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948 ..
25 de enero de 1949, aún sin haber concluido la guerra, tuvieron lugar las primeras elecciones al parlamento israelí, la Knéset, de las cuales Ben-Gurión surgió electo como primer Primer ministro, al mando del partido Laborista que se alzó con 46 escaños de los 120 en juego, ocupando asimismo el cargo de ministro de Defensa. Ben-Gurión se abocó con el ímpetu que lo caracterizó, a la ardua tarea de construir, estabilizar y consolidar un país en permanente conflicto, semidespoblado, desprovisto de materias primas u otras riquezas, y extremadamente heterogéneo en su composición demográfica.
Una de las más consabidas ideas de Ben-Gurión, fue la de ver poblar y florecer al inhóspito desierto del Néguev, que ocupa gran parte del sur de Israel. Así, renunció el 7 de diciembre de 1953 a su cargo de premier y a todos los otros puestos claves que venía ejerciendo desde hacía décadas, y se mudó a una cabaña construida especialmente para él y su inseparable esposa Paula, en el sureño kibutz de Sedé Boker.
Allí, se entregó a la lectura y a la escritura de libros y memorias, amén de convertir a la archiconocida cabaña en una verdadera meca de peregrinación de todos los estamentos de la sociedad; muy especialmente jóvenes con quienes mantenía un diálogo nutrido y fluido y a quienes pretendió servir de ejemplo, e incluso estadistas extranjeros le visitaron en el desierto durante su "exilio". De todos modos, nunca se llegó a desligar del quehacer político: Ben-Gurión fue muy criticado por seguir manipulando tras bambalinas los tejes y manejes de la política israelí, al punto de minar la autoridad de su sucesor y quien fuera bajo su gobierno el ministro de Exteriores, el poco carismático Moshé Sharet.
Ben-GuriónBen-Gurión fue uno de los primeros dirigentes sionistas, que intentó desentrañar el rechazo total de los árabes al Estado de Israel, e incluso se embarcó en la dura tarea de llegar a una reconciliación entre ambos contendientes al mismo pedazo de tierra. Sus posiciones fueron siempre de un crudo realismo, a costa de exponerse a las acérrimas críticas de sus opositores de la derecha sionista o de las corrientes judías religiosas. Su interés primero fue siempre la creación de una patria para los judíos, que ofreciera refugio seguro ante cualquier persecución; y sólo en segundo lugar, las pretensiones territoriales: «Prefiero la unidad del pueblo judío, a la unidad territorial de Israel», dijo.
Nacido David Grün (léase Grin) en la aldea de Płońsk (hoy Polonia, a la sazón parte de la Rusia zarista), fue educado por Moises Prochovnik de pequeño en un «jéder», institución tradicional de estudios judíos primarios con orientación religiosa. Posteriormente, y huérfano de su madre Sheindl a los 11 años, pasó a estudiar en una escuela fundada por su propio padre, Avigdor, quien le inculcó su avidez por el renaciente hebreo, sus convicciones sionistas y socialistas, y su pasión por la cosa pública. Los aires de profundo antisemitismo que campearon en la Europa Oriental de principios del siglo XX, uno de cuyos puntos álgidos fue el pogromo de Chişinău de 1903, contribuyeron también a forjar su visión de vida.
De tal manera, y siendo aun muy joven, fundó junto a un grupo de amigos de su Płońsk natal un movimiento juvenil judío, «Ezra», que preparaba a los jóvenes sionistas dispuestos a emigrar a Palestina en el aprendizaje de las labores agrícolas y del hebreo. A los 18 años se trasladó a Varsovia y se sumó a las filas del partido político sionista socialista «Po'alei Sión» (del hebreo, "obreros sionistas"), siendo arrestado dos veces en tiempos de la revolución de 1905.
En 1906, con 20 años, decidió consumar su ideal sionista emigrando a Palestina, a la sazón bajo dominio del Imperio Otomano, en la denominada «segunda aliá» u ola de inmigración sionista.Primeros años en Palestina y exilioUna vez en Palestina, fiel a sus convicciones sionistas y socialistas, según las cuales el judío debía volver a sus raíces y al trabajo de la tierra, y para predicar con el ejemplo, se dedicó por varios años a la agricultura, primeramente en las plantaciones de cítricos de Pétaj Tikva y en los viñedos de Zijron Ya'akov, para pasar luego a Galilea, estableciéndose sucesivamente en los asentamientos de Séjera, Menajamía y Kinéret. Ben-Gurión no cejó en momento alguno en su actividad pública, en cuyo marco estuvo entre los fundadores del movimiento sionista «Hejalutz» (hebreo, "el pionero"); y luego de la derrota y posterior desmembramiento del Imperio Otomano y la llegada de los británicos a Palestina y la declaración de apoyo a la causa sionista del ministro inglés de Exteriores, Lord Arthur Balfour, en 1917, bregó también por el reclutamiento de la juventud sionista a la «Legión Judía», cuerpo de voluntarios del ejército inglés, al cual él mismo se sumó. No menor importancia tuvieron los aires de libertad y democracia que respiró en los Estados Unidos por primera vez en su vida, que dejaron una honda impresión en su espíritu, y que influyeron posteriormente a lo largo de su camino.
En Israel, a la entrada triunfal de las fuerzas británicas comandadas por el general Edmund Allenby, en las postrimerías de 1918, se abocó con todo su ahínco a la creación paulatina de las instituciones, que permitirían en su día la concreción del sueño sionista de Ben-Gurión: la creación de un Estado judío independiente y soberano en la Tierra de Israel. Así, estuvo entre los fundadores en 1920 de la «Histadrut», la confederación sindical de trabajadores hebreos de Israel, cuyas riendas llevó con mano férrea —y aún despótica— como secretario general, desde 1921 hasta 1935.
Bajo el mando de Ben-Gurión, la Histadrut se convirtió en una poderosa corporación económica, dueña de fábricas, cooperativas agrícolas y de producción, servicios de salud, y hasta su propio banco, Hapoalim (hebreo, "los trabajadores"), que brindaron en su conjunto la infraestructura económica y política de lo que dio en llamarse «el Estado en camino», y que dominaron la escena económica del país por largas décadas. Asimismo, condujo en 1933 a la fusión de los distintos partidos políticos de orientación sionista, laica y socialista, en el partido «Mapai», el Partido Laborista Israelí, por sus siglas en hebreo, del que fue secretario general por no menos de cinco lustros. En 1935, es elegido presidente del ejecutivo de la Agencia Judía, la Sojnut, virtual Poder Ejecutivo del «Estado en camino» y verdadero «Estado paralelo» al Mandato británico, cargo que ocuparía hasta la creación misma del Estado, el 14 de mayo de 1948.
Ben-Gurión se dedicó a la consolidación del futuro estado judío, contribuyendo como ningún otro prohombre judío a establecer las líneas básicas que le caracterizarían hasta el día de hoy. Su visión del conflicto árabe-judío fue casi siempre pragmática. A mediados de 1937 Ben-Gurión aceptó, al menos de facto, el principio de partición de Palestina propuesto por la comisión británica investigadora de los disturbios árabes iniciados en 1936, presidida por Lord Earl Peel, y estuvo dispuesto a conformarse con un estado independiente, así fuera sólo en una pequeña parte - el 20 por ciento - de la Tierra de Israel histórica. Su criterio fue compartido por Jaim Weizman y Moshé Sharet, futuros primer Presidente de Israel y segundo Primer Ministro de Israel, respectivamente, aunque rechazada por otros dirigentes sionistas, como Ze'ev Jabotinsky, Berl Katzenelson y Golda Meir, entre otros. Pragmática también fue su respuesta a la revuelta árabe de 1936, que se prolongó hasta 1939: Ben-Gurión fue un firme partidario de una respuesta moderada que evitase la escalada de violencia, y llamó a evitar la pérdida de vidas inocentes.
Con la publicación del Libro Blanco en 1939, por el cual Gran Bretaña establecía fuertes restricciones a la libre inmigración judía a Palestina, y grandes trabas a la adquisición de nuevas tierras a manos de judíos, Ben-Gurión abandonó su consabida política de cautela y gradualismo, para adoptar una firme línea activista frente al Mandato inglés. Durante la Segunda Guerra Mundial, su estrategia frente al conflicto creado entre la firme oposición hebrea a las restricciones británicas, y el hecho de que Gran Bretaña combatía contra la Alemania nazi, fue resumida sucintamente en su afirmación de que los sionistas «combatirían contra los nazis como si no existiera el Libro Blanco, y combatirían el Libro Blanco como si no hubiera guerra». Después de la guerra, desafió la autoridad británica organizando la campaña masiva de inmigración ilegal, y buscó expandir las fronteras de facto del futuro estado, creando rápidamente nuevos asentamientos judíos en muchas partes del país.
Asimismo, impulsó el desarrollo de una sólida y eficaz capacidad de defensa judía, y presionó a los países occidentales amigos a vender a los judíos, armamento pesado: artillería y aviones.La independencia del Estado de IsraelEl 14 de mayo de 1948, (el 5 de Iyar de 5708), leyó Ben-Gurión en Tel Aviv la declaración de independencia del Estado de Israel; inmediatamente al cabo de la cual, el país fue atacado por siete estados árabes - Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Irak, Arabia Saudita y Yemen - en lo que fue el comienzo de la Guerra de Independencia de Israel. Una de sus primeras órdenes, como jefe de Estado de facto, fue la de unificar a todos los grupos combatientes hebreos, creando así al Ejército de Defensa de Israel, el Tsáhal (por sus siglas en hebreo). Ben-Gurión otorgó a la consolidación de las Fuerzas Armadas y a la desaparición como tales de las milicias previas al Estado, una importancia tal, al punto que no dudó en mandar bombardear hasta su hundimiento al barco rebelde "Altalena", con Menájem Beguin a bordo, con tal de imponer la supremacía del nuevo estado e impedir el caos que supondría la tolerancia de grupos armados independientes.
25 de enero de 1949, aún sin haber concluido la guerra, tuvieron lugar las primeras elecciones al parlamento israelí, la Knéset, de las cuales Ben-Gurión surgió electo como primer Primer ministro, al mando del partido Laborista que se alzó con 46 escaños de los 120 en juego, ocupando asimismo el cargo de ministro de Defensa. Ben-Gurión se abocó con el ímpetu que lo caracterizó, a la ardua tarea de construir, estabilizar y consolidar un país en permanente conflicto, semidespoblado, desprovisto de materias primas u otras riquezas, y extremadamente heterogéneo en su composición demográfica.
Una de las más consabidas ideas de Ben-Gurión, fue la de ver poblar y florecer al inhóspito desierto del Néguev, que ocupa gran parte del sur de Israel. Así, renunció el 7 de diciembre de 1953 a su cargo de premier y a todos los otros puestos claves que venía ejerciendo desde hacía décadas, y se mudó a una cabaña construida especialmente para él y su inseparable esposa Paula, en el sureño kibutz de Sedé Boker.
Allí, se entregó a la lectura y a la escritura de libros y memorias, amén de convertir a la archiconocida cabaña en una verdadera meca de peregrinación de todos los estamentos de la sociedad; muy especialmente jóvenes con quienes mantenía un diálogo nutrido y fluido y a quienes pretendió servir de ejemplo, e incluso estadistas extranjeros le visitaron en el desierto durante su "exilio". De todos modos, nunca se llegó a desligar del quehacer político: Ben-Gurión fue muy criticado por seguir manipulando tras bambalinas los tejes y manejes de la política israelí, al punto de minar la autoridad de su sucesor y quien fuera bajo su gobierno el ministro de Exteriores, el poco carismático Moshé Sharet.
Segundo periodo como Primer ministro
Al cabo de poco más de un año de retiro voluntario, el 21 de febrero de 1955, Ben-Gurión decidió volver a Jerusalén, retomando el cargo de ministro de Defensa bajo el gobierno de Moshé Sharet, y ya en julio del mismo año, es nuevamente electo Primer ministro. De esta nueva incursión en la vida política del país, se recuerda principalmente su campaña militar del Sinaí del 29 de octubre al 5 de noviembre de 1956, con Gran Bretaña y Francia como aliados; y en general, el estrechamiento de los vínculos entre este último país e Israel, hasta el punto de una gran amistad entre Ben-Gurión y el presidente francés, el general Charles de Gaulle.
En esta época, su gobierno comenzó el desarrollo secreto del complejo nuclear de Dimona, proyecto encaminado y desarrollado por el joven secretario de Defensa y ya mano derecha de Ben-Gurión por aquellos años, Shimon Peres.
En 1970, cansado volvió a su cabaña de Sedé Boker, ya sin Paula, que había fallecido en 1968. Sus últimos años le vieron en su desierto amado, dedicado a la lectura de la Biblia, a la gimnasia Feldenkrais y a escribir sus memorias. Lúcido e inmiscuido en la vida pública hasta el fin de sus días, llamó luego de la Guerra de los Seis Días a devolver todos los territorios conquistados al cabo de la contienda, excepto Jerusalén oriental y los altos del Golán, a cambio de una "paz verdadera" con los vecinos árabes. David Ben-Gurión falleció el 1 de diciembre de 1973 (6 de Kislev de 5734). Su tumba, junto a la de su esposa Paula, está enclavada en el desierto que quiso ver florecer.
Ben-GuriónBen-Gurión fue uno de los primeros dirigentes sionistas, que intentó desentrañar el rechazo total de los árabes al Estado de Israel, e incluso se embarcó en la dura tarea de llegar a una reconciliación entre ambos contendientes al mismo pedazo de tierra. Sus posiciones fueron siempre de un crudo realismo, a costa de exponerse a las acérrimas críticas de sus opositores de la derecha sionista o de las corrientes judías religiosas. Su interés primero fue siempre la creación de una patria para los judíos, que ofreciera refugio seguro ante cualquier persecución; y sólo en segundo lugar, las pretensiones territoriales: «Prefiero la unidad del pueblo judío, a la unidad territorial de Israel», dijo.
Fiel a sus convicciones, estuvo siempre dispuesto a recorrer un largo trecho en forma de concesiones a cambio de la paz con los vecinos árabes, aunque consideraba que la condición sine-qua-non para una paz duradera, era un Estado de Israel fuerte, autosuficiente y respetado por los países de la región.
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